A mis alumnos les digo lo mismo, que el Destino hay que trabajárselo, pero que una ayudita nunca viene mal. Por eso, en Halloween, después de leer los relatos de Terror que les mando como deberes, hacemos un ritual. Me pongo mi gorro de Bruja, les digo que necesito un par de ayudantes (siempre se presentan más de los que requiero), les pongo unas gafas propias del momento (con esqueletos, murciélagos y cosas así), saco una bolsita y un papel. En la bolsita hay un montón de chapas decoradas (o lo que es lo mismo, "Chapas de la Suerte"), y en ese folio hay un dibujo y un texto. El dibujo es de una de las brujas de la película El Mago de Oz y está coloreado por mi madre ( a ella le encanta esa peli); y el texto, que leo con gran solemnidad, es el siguiente conjuro: "Al Norte, al Sur, /al Este y al Oeste,/ aprieta esta chapa muy fuerte/ si quieres tener suerte." Y entonces hago pasar a todo el alumnado a coger una "Chapa de la Suerte". En los exámenes descubro a más de uno apretando fuerte su chapica, jajajaja.
Todos los años preparo el material: pegamento, tijeras, revistas y chapas. No tiene mucho misterio. Cojo una revista con dibujos o fotos pequeñitas; recorto, con una plantilla, un círculo del tamaño de la chapa (también tengo un taladro con el tamaño exacto, regalo de unos amiguicos míos que saben de esta afición mía); y lo pego en la chapa.